martes, 22 de marzo de 2016

Nadie prende fuego a las palmeras

Nadie abandona su casa, a no ser que su casa sean
las fauces de un tiburón.
Nadie sale corriendo hacia la frontera,
a no ser que la ciudad entera salga corriendo también.
Solo cuando tus vecinos corren más rápido que tú
y avanzan jadeando con la garganta ensangrentada. 
Cuando aquel chico que iba contigo a la escuela
y que te besó, algo bebido, en una fábrica abandonada,
sujeta un fusil más grande que su propio cuerpo.
Solamente abandonas tu casa 
cuando tu casa no te permite quedarte.
Cuando te expulsa porque arde bajo tus pies
y te salpica con sangre en el vientre.
Nunca habías pensado hacer algo así,
hasta que el filo de un cuchillo te acarició la nuca.
E incluso entonces entonas un himno y desgarras tu pasaporte
en los lavabos del aeropuerto. 
Con cada trozo de papel sollozas
y te das cuenta de que no regresarás jamás.
Nadie mete a sus hijos en un balsa, a no ser que el agua sea más segura que la tierra.
Nadie prende fuego a las palmeras bajo los trenes ni entre los carruajes.
Nadie quiere pasar días y noches en las tripas de un camión, alimentándose de papel de periódico, a no ser que las millas recorridas signifiquen más que el propio viaje.
Nadie quiere lo golpeen ni que lo compadezcan.
Nadie elige vivir en un campo de refugiados; nadie quiere que lo desnuden para cachearlo 
y le palpen donde le duele. 
Nadie elige una prisión, aunque sea más segura que una ciudad en llamas, 
y por la noche un vigilante sea mejor que un camión lleno de hombres parecidos a tu padre. 
Nadie lo elegiría.
Nadie lo digeriría.
Ninguna piel es suficientemente dura para los negros, iros a vuestra casa, refugiados, putos inmigrantes, sucios, volved a vuestros poblados malolientes, salvajes, habéis destrozado vuestro país y ahora queréis destrozar el nuestro.
Las palabras, las miradas inmundas te resbalan por la espalda, quizás porque el aliento
es más suave que un miembro retorcido, o las palabras más dulces 
que catorce hombres entre tus piernas, o  los insultos más soportables que los escombros,
que los huesos, que tu cuerpo infantil despedazado. 
Yo querría volver a mi casa,
pero mi casa son las fauces de un tiburón,
el cañón de un arma.
Solo abandonas tu casa
cuando tu casa te empuja hacia la orilla,
cuando te dice que salgas corriendo
que debes quitarte la ropa y nadar 
a través de desiertos,
que debes vadear océanos.
Que tienes que ahogarte, pasar hambre, olvidar el orgullo.

Warsan Shire, escritora somalí
La traducción y la adaptación son mías.



lunes, 21 de marzo de 2016

Como una vaca de carretera


-Muy culto su tío Ovidio.
-Cultísimo. Leía las Selecciones del Reader's Digest.
Y mi papá también muy culto, sabía latín. Humilde sin embargo en el fondo de su alma, como una vaca de carretera, había puesto en mí todas sus esperanzas. Él quería que yo fuera alguien. Yo quería que fuera él. Nos chutábamos la pelota de la ambición.


Fernando Vallejo:
¡Llegaron!

Alfaguara 2016

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Mi hermano el alcalde
Empecinada y dolorosa
Observación sobre los tiempos del verbo

jueves, 17 de marzo de 2016

Observación sobre los tiempos del verbo


"Lo que en pretérito fue pura acción -destruimos, tumbamos, talamos, quemamos- en imperfecto se diluye en costumbre: destruíamos, tumbábamos, talábamos, quemábamos. En imperfecto la acción pierde fuerza, a nadie le importa la costumbre. Propongo suprimir el imperfecto del relato. Y sacar a Dios de la religión, que Dios es un monstruo inexistente y la religión un negocio de curas.
En cuanto a las veintidós academias de este desastre que llaman idioma (presididas por los zánganos reales de la española), ni rajan ni prestan el hacha, ni hacen ni dejan hacer. No más financiamiento a congresos de estos haraganes. Que no viajen. Que se levanten de sus culos y se vayan a sus casas. Que se queden en las parcelitas estrechas de sus estrechas almas."

Fernando Vallejo:
¡Llegaron!

Alfaguara 2016

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martes, 15 de marzo de 2016

Empecinada y dolorosa


La vida es empecinada y dolorosa.
Se aferra a las breñas y florece
en las solfataras marinas.
Es una máquina imparable:
una vez que se echa a andar
quiere seguir andando.
Produce hermosuras y engendros.

Fernando Vallejo:
¡Llegaron!

Alfaguara 2016

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viernes, 11 de marzo de 2016

¡Salgo en un libro!

Y no una.


Ni dos.


Sino tres veces.


Del libro, #textoefímero Los papeles del bar muerto (A Fortiori Editorial), ya os he hablado antes, en un post que titulé La belleza de lo efímero y que es de los más leídos de este blog. Por algo será.

Pero como recientemente se re-presentó en Bilbao, tengo excusa para seguir hablando de él.


Foto de @Mertxe_Beriain

El libro empezó a gestarlo la editorial A Fortiori allá por julio de 2010, como ya os conté en su momento. Se trataba de lanzar tuits con la etiqueta #textoefimero. Se recopilaban y luego se compartían en "A vivir, que son dos días" con Angels Barceló.

Todo eso lo cuenta la madre del invento, Jaio la Espía, muy bien en http://textoefimero.com.

Yo os cuento que el libro es una delicia visual y que recopila hermosas perlas tuiteras de servidora de ustedes y de amiguitas y amiguetes como @Mertxe_Beriain, @loretahur, @iturri, @javiviz, @alorza, @juleniturbe, la propia @jaio_espia y más gente que olvidaré y quedaré fatal.

Yo ya lo tengo, lo estoy disfrutando mucho y, como quiero compartir mi felicidad con ustedes, hala, a comprarlo he dicho.

viernes, 4 de marzo de 2016

Borgen

¿Ya te gustaban las series cuando no era cool que te gustaran las series?

¿Disfrutabas con UrgenciasSexo en Nueva York o Friends, aunque no lo habrías confesado en público ni bajo torturas? ¿La ficción televisiva ha formado parte desde siempre de tu colección de placeres culpables?

Pues me juego el cuello a que te va a gustar Borgen, porque es una serie como las de antes, de corte clásico, con unos poquitos escenarios (política, medios y hogar), que acaban haciéndose familiares, y situaciones repetitivas (desayunos en la cocina, ruedas de prensa, reuniones de gabinete…), historias claras, que no simplonas, sin vueltas de tuerca en el guión, sin filigranas narrativas, sin personajes extremos, con conspiraciones creíbles y  tramas de asuntos cotidianos (falta de tiempo, divorcio, conciliación familiar, las mujeres en los círculos del poder, la lealtad, el amor maduro…) y políticos (cuotas femeninas en empresas, intervenciones militares, reformas sanitarias, ecotasas…).

Sigue leyendo en Zinéfilaz.