viernes, 30 de septiembre de 2011

Cultura basura, cerebros privilegiados

Este viernes me toca publicar en Zinéfilaz y he decidido hablaros de un librito de Steven Johnson que se titula Cultura basura, cerebros privilegiados (Everything Bad Is Good for You: How Today's Popular Culture Is Actually Making Us Smarter) y  me llamó la atención porque pretende (y me cito a mí misma en Zinéfilaz):
acabar con ese enorme prejuicio postmoderno según el cual los videojuegos, la tele, Internet, las recientes producciones de Hollywood y otras formas de entretenimiento nos subnormalizan, nos idiotizan, nos atontan y son letales para nuestras mentes y nuestras almas.
En contra de la creencia universalmente extendida, Steven Johnson defiende que la cultura popular hoy es más compleja y estimulante que nunca y nos obliga a tareas cognitivas a las que nunca nos empujó la cultura "clásica".
Va analizando, pues, cómo esto es así en lo que respecta a los videojuegos, la televisión e Internet y luego le toca el turno al cine.
Y, como Zinéfilaz es un blog de cine, ahí me he detenido a resumiros la tesis de Johnson.

Pasaos por Zinéfilaz, leed mi articulito y rebatidlo a muerte. Me haréis feliz.

lunes, 26 de septiembre de 2011

La piel que habito

Tenía especial curiosidad y especiales ganas de ver esta película, porque es de Almodóvar y yo siempre he sido muy de Almodóvar, y porque está basada en una novela que me gusta mucho de un autor que me gusta mucho: ya sabéis, Mygale (en español, Tarántula, Ediciones B), de Thierry Jonquet.


La piel que habito se estrenó a mediados de agosto en Francia, donde Jonquet es (era: ya murió) mucho más conocido y, sobre todo, publicado (entre otras cosas porque era francés, claro, de París, para más señas), y servidora de ustedes se ha leído todas la críticas gabachas de la peli que ha podido pillar en el internés.

¿Qué decían esas críticas? Pues sobre todo me quedé con la advertencia de que cualquier parecido con la novela original era pura chiripa. No me extrañó leerlo: Almodóvar ya había dejado irreconocible Carne trémula, de otra de mis favoritas, Ruth Rendell.

El hombre coge un texto literario que le gusta, compra los derechos y se pone a inventar, retocar, añadir, arrancar, retorcer, tergiversar, estrujar... Es lo que hago yo a veces con mis traducciones (las que no cobro, claro, las de por amor al arte de la distorsión), así que no se lo reprocho, sino que se lo aplaudo y agradezco. Además, la novelita de marras se las trae (¿la habéis leído?, ¿no? ¡hacedlo!), es ya de por sí bastante desparrame y bastante audaz y se presta a desparramar un poquito más. Ya puestos, total...

Con esa idea en la cabeza, a la espera de encontrarme algo solo remotamente parecido a Mygale, me planté, pues, en el cine y hete aquí que levanto la espada y emprendo una cruzada contra toda la crítica cinematográfica francesa en pleno (no soy chula yo ni nada), porque esta piel es mi mygale; vaya que lo es.
La peli tiene una primera parte que sí se separa de la novela, pero luego, a partir del flashback, recupera la senda jonqueana y, ¡qué casualidad!, entonces la empiezo a apreciar más. No dejan de gustarme, sin embargo, los añadidos, los toques almodovarianos de la historia, puesto que le dan lustre y emoción. De hecho, me ha emocionado la vuelta total de tornillo, el retorcimiento entero de la historia de Agrado, la de Todo sobre mi madre, que se había convertido en lo que quería ser, porque La piel nos habla precisamente de quienes se convierten en lo que otros quieren que sean, de quienes cambian el envoltorio y algo más porque por todas partes les dicen que no pueden ser como son.

Y ahora ya voy a decir por qué me gusta La piel. Porque se atreve con un batiburrillo de géneros (fantástico, ¿horror?, ¿policial?, melodrama) y le mete, por un lado, aunque en menor medida que en otras pelis, añadidos chuscos de una frivolidad extrema y, por otro, de una hondura abisal (la identidad, el cuerpo como prisión, la transformación sexual, el deseo, la manipulación, la anulación del otro, la bioética, las relaciones ambiguas como en Átame, buff), con una actitud a la vez transgresora y moralizante.

Me gusta que no confíe todo el peso de la trama a las revelaciones fulminantes; habría sido facilón y vulgar y habría aumentado las posibilidades de meter la pata. En vez de eso, las gestiona con prudencia y sin aparatosidad, cuelan in medias res como si nada. Esa es, al menos, mi impresión; pero, claro, yo me había leído la novela. ¿Habría sido lo mismo de no haberla leído?

Volviendo a la novela y para terminar, la mayor diferencia que le veo con la peli es que Almodóvar le da a la peripecia (inverosímil, delirante y perfectamente construida en ambos textos) un sentido que en el papel no tenía: Almodóvar recita un mantra muy tierno por la libertad individual, por la pervivencia de lo propio, a pesar de las tragedias que nos obligan a habitar una piel que no es la nuestra.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El programa de La Risa de Bilbao

Ya está listo el programa de La Risa de Bilbao,



Semana Internacional de Literatura y Arte con Humor,

que se celebrará del 28 de septiembre al 2 de octubre.

En este enlace lo podéis consultar: http://www.larisadebilbao.com/2011/es/programa.html

Quizás lo más jugoso de todo, para servidora de ustedes al menos, sean las entrevistas a escritoras y escritores, por donde pasarán Elvira Lindo, Frédéric Beigbeder (no puedo evitarlo: este tipo me cae mal; quizás vaya a oír qué dice, a ver si cambio de opinión), David Lodge, de quien no he leído nada, y ¡tachán! ¡tachán! el gran Francisco Ibáñez, de quien lo he leído todo y a quien debo algunos de los mejores ratos de mi infancia y no tan infancia.

Echad un vistacito al programa completo y hablamos.

viernes, 16 de septiembre de 2011

El dulce veneno del jazz

Charlotte Carter:
El dulce veneno del jazz
(Rhode Island Red, 1997) Ediciones Siruela, 2005
Traducción de María Corniero


Qué curioso. Leía yo esta novela en el bar del hotel donde pasé unos días en agosto mientras escuchaba jazz y me prometía a mí misma hacerme mayor de una vez por todas y empezar a disfrutar de este género musical, pues siempre he pensado que el jazz es para señoras y señores mayores, que es una de esas cosas que solo llega a apreciarse con la edad, como también sucede, por ejemplo, con ... Uy, pues ahora no se me ocurre nada. ¿Una ayudita?

En fin, lo que decía: que me hago vieja y sigue sin gustarme el jazz y que leí esta novela sobre una buscalíos saxofonista adoradora de Monk y Parker mientras me dejaba envolver por piezas clásicas.

Siento decir que la novela no me convenció. La trama es inconsistente y los personajes, más inconsistentes aun. Todo ensambla mal, quizás porque la autora confía por completo el ensamblaje al hilo conductor musical. ¿Si fuera yo más como dios manda y me gustara el jazz, habría disfrutado más esta novela? Pues quizás sí.

A la protagonista tampoco me la creí. Me gustan las chicas desenvueltas, lenguaraces y simpáticas, pero esta se pasa de vueltas (literarias, claro) y resulta demasiado saltarina, demasiado dicharachera.

Así y todo, tengo algo en común con ella. No que toque el saxo en las calles de New York, sino que es una  licenciada en francés que adora todo lo galo y a veces suelta algún que otro galicismo: "eso es viejo como el mundo", dice, por ejemplo.

En otra ocasión suelta esto: "Yo soy traductora. Sé que las palabras mienten". Y yo me identifico con ello en parte.

Y de vez en cuando tiene raptos líricos que me gustan:
"Ese brillo apagado y untuoso que adquieren los lugares donde ha sucedido algo horrible."

Así y todo, creo que no volveré a picar con Charlotte Carter. Desolée.

martes, 13 de septiembre de 2011

Os pido el voto para Calibre .38

Resulta que la por todas y todos ustedes ya conocida y apreciada revista Calibre .38 es candidata a los premios Bitácoras de 2011 en la categoría de blog cultural.

Pero, claro, para recibir el premio necesita vuestros votitos. Y aquí estoy yo para mendigarlos.

Para votar, tienes que pinchar en este logo

Votar en los Premios Bitacoras.com
 
 
e identificarte como usuario de Bitácoras. Esto se hace para que no vote varias veces un mismo usuario. También puedes votar desde tu cuenta en Facebook o Twitter. Si no, regístrate en Bitácoras.
 
Te doy las gracias anticipadas.
 
¿Qué haremos si ganamos? ¿Se os ocurre algo?

martes, 6 de septiembre de 2011

Vuelta al cole en Calibre.38

Calibre .38, la mejor revista de género criminal del universo mundo, y no lo digo porque yo escriba en ella, no, qué va, me ha publicado una reseña de Un dedo con un anillo de cuero, novela de José Ramón Fernández, con un título muy logrado (los títulos son importantes, amigas; algún día hablaremos de esto con más espacio y tiempo), una portada elegante (ya lo veis), un contenido tremendamente original y una base literaria muy sólida, cosa que lamentablemente escasea en las producciones recientes.


No digo más. Pasaos por Calibre .38 a leerla. Y quedaos un ratito por allí, que todo lo demás también merece la pena.

Actualización. Si os interesa la novela, podéis solicitarla en esta dirección:  editor@eugeniocanoeditor.com

lunes, 5 de septiembre de 2011

Más risas en Bilbao

Me sigue llegando información sobre el Segundo Festival La Risa de Bilbao,Semana Internacional de Literatura y Arte con Humor.

Han convocado el Segundo Concurso de Microcuentos.

Del 1 al 21 de septiembre permanecerá abierto el plazo de admisión de ejemplares
Las bases se encuentran en http://www.larisadebilbao.com/.
El año pasado ganó Joel López Astorkiza con este microcuento.

RAROS EN UN TREN
En un viejo vagón de tren, una mujer busca un asiento libre. Encuentra uno al lado de un hombre inmerso en la lectura de un librito. ¿Está libre? Bueno, divorciado, pero sí, estoy libre. No digo usted, me refiero al asiento. ¿Eh? ...  ¡Ah!... Supongo que sí. Perdone. No se preocupe. Gracias. Después de un instante, él deja el librito.Le habré parecido un imbécil. ¿Por casarse? No, por confundirme. Bueno, por eso se divorció, ¿no? La verdad es que me dejó ella. Bueno, gracias a eso tenía el asiento libre.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Parece que nos vamos alegrando

Como el año pasado, la ciudad me da la bienvenida con el Segundo Festival La Risa de Bilbao,
Semana Internacional de Literatura y Arte con Humor.

De momento, ahí va el cartel. Pinchad para ver la lista de protagonistas.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Partida

Os decía el otro día que una se ha pasado la vida pensando en huir, como tantos otros seres humanos, como, por ejemplo, Juan Ramón Jiménez, que tiene un poema que me ha gustado siempre mucho, titulado Partida.

Juan Ramón siempre quería huir y una vez que fue en barco a Nueva York, de noche, mirando al océano desde la cubierta, se dio cuenta de que el camino por el que siempre, desde niño, había querido marchar era precisamente el camino de plata que dibuja la luna sobre la superficie marina.

Él mismo lo cuenta, mucho más bonito que yo, faltaría más, en este poema que me sirve para darme la bienvenida a casa. Ya sé que es un poco incoherente una partida para el regreso, pero, lo siento, es lo que hay.


PARTIDA

Hasta estas puras noches tuyas, mar, no tuvo
el alma mía -sola más que nunca-
aquel afán, un día presentido,
del partir sin razón.

Esta portada
de camino que enciende en ti la luna,
con toda la belleza de sus siglos
de castidad, blancura, paz y gracia,
la contajia del ansia de su ausente
movimiento.

Hervidero
de almas de azuzenas, que una música
celeste fuera haciendo de cristales líquidos
en varas de hialinas cimas de olas,
con una fiel correspondencia de colores
a un aromar agudo de delicias
que extasiaran la vida hasta la muerte.

¡Majia, deleite, más, entre la sombra
donde arden los brillantes ojos sostenidos,
que la visión de aquel cantado amor,
leve, sencillo y verdadero,
que no creímos conseguir; tan cierto
que parecía el sueño más distante!

¡Sí, sí: así era, así empezaba
aquello; de este modo lo veía
mi corazón de niño, cuando, abiertos
como rosas, mis ojos,
se alzaban negros desde aquellas torres
cándidas por el iris, de mi sueño,
a la alta claridad de un paraíso!
¡Así era aquel pétalo de cielo,
en el que el alma se encontraba,
igual que en otra ella, única y libre!
¡Esto era, esto es, de aquí se iba,
por lisas galerías de infalibles
arquitecturas de agua, tierra, fuego y aire,
como esta noche eterna, no sé a dónde,
a la segura luz de unas estrellas!
¡Así empezaba aquel comienzo sin fin, gana
matinal de mi alma
de salir, por su puerta, hacia su ignoto centro!

¡Oh blancura primera, sólo y siempre
primera!
¡Marmórea realidad de la inconciente lumbre blanca!
¡Locura de blancura irrepetible!
¡Blancura de esta noche, mar, de luna!


Juan Ramón Jiménez
Partida
en Diario de un poeta recién casado, 1917