viernes, 30 de diciembre de 2011

Un vasco en Hollywood

De ilustre familia vascofrancesa, Harry d'Arrast trabajó en Hollywood con Chaplin, dirigió ocho películas, se enemistó con todos los productores de la época y se retiró a su castillo francés como un noble arruinado.  

Os cuento su historia en Zinéfilaz.

Y, de paso, os deseo


Urte berri on
Feliç any nou
Feliz ani novo
                                         Bonne année

                                         Happy new year
                                         Frohes neues Jahr
                                         Buon anno nuovo


sábado, 24 de diciembre de 2011

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cosas poco originales que he hecho en París

Lécher les vitrines, que dicen allí. O sea, mirar escaparates y no comprar. Aunque no habría estado mal agenciarme, para subir y bajar escaleras del metro, unas sandalias de Jimmy Choo, con lentejuelas y diez centímetros de tacón.

Ver en el Jeau de Paume la exposición de fotos de Diane Arbus.


Pasear bajo el aguanieve por la Promenade Plantée


Por la Promenade Plantée circulas a la altura del segundo o tercer piso de los edificios.

Comer en restaurantes apretados, rozando con el codo a completos desconocidos y sin perder ripio de su conversación. No me quejo. París es así. Lo tomas o lo dejas. Por cierto, en un restaurante del Marais se me cayó el teléfono por la taza del retrete. No entraré en detalles. Lo rescaté de las aguas, le practiqué ejercicios de reanimación, pero no pude salvarlo y murió entre mis brazos.

Cenar crêpes todas las noches. Me encantan, en Bilbao solo los ponen en dos sitios y no son igual, así que en Francia me aprovecho y me atiborro.

Embobarme, cual paleta que soy, con las luces de Navidad de los Campos Elíseos, la avenida Montaigne y las Galerías Lafayette.

Frecuentar papeteries. Me he comprado un rotu y un cuaderno. Soy una antigua. También he comprado novelitas, claro.

Visitar por primera vez el Museo del Quai Branly, más que nada para ver la exposición La invención del salvaje.
El jardín del Museo del Quai Branly por la noche.

Prometerme a mí misma que volveré pronto. Ya os digo: qué poco original.

sábado, 3 de diciembre de 2011

París en invierno

El amanecer,
aterido de frío,
con su camisón rosa y verde,
avanza lentamente hacia el Sena
vacío,
y París,
sombrío,
se frota los ojos
y empuña sus herramientas,
como un viejo labriego.

Con esta traducción, libérrima, mía, de Baudelaire, me despido por unos días y me abrigo, bien abrigadita, porque me voy a París.
¿Queréis que os traiga algo?