domingo, 28 de febrero de 2010

Defensa apasionada del cine de pipas

De ese modo, más cariñoso que acertado, se me ha ocurrido definir este delicioso librito, Terror en píldoras. Las películas episódicas de terror, que su autor, David G. Panadero, me hizo llegar tan amablemente allá por la década pasada, como ya os conté.

Pero ni David el autor ni el libro se quedan en eso, no se limitan a laudar la nostalgia de la cultura de masas mamada en la infancia. No. Empiezan con un repaso a los antecedentes literarios de los filmes episódicos (o de sketches, omnibus films o como los queráis llamar), con las narraciones orales, las que desde el antiguo Egipto nos consta que se contaban, dice David que para conjurar los miedos; yo creo que era más bien para transmitirlos, pero, en fin, no voy a empezar ya llevando la contraria.

Tras el repaso literario, en el que yo habría incluido una novela ómnibus contemporánea que es Obabakoak, de Bernardo Atxaga, que, además, tiene una trama que hila los relatos entre sí, como inventó Chaucer, y que también tiene versión en celuloide de Montxo Armendáriz, llega el repaso histórico a las pelis, que empieza en 1923 con Paul Leni y recorre todas las fórmulas psicotrópicas e iconos unívocos del género: las figuras de cera, el cóctel de monstruos, los mad doctors, el espejo encantado...

Todo el libro huele a verdadero amor por el cine sin pretensiones, por esas piezas que no se plantean siquiera ennoblecer su género, que echan quintales de imaginación para suplir los medios parcos y que no insultan nunca al espectador, aunque sólo busque mero entretenimiento.

No sólo de obras maestras vive el hombre, dice David en el texto. Ni la mujer, añado yo, pues, como le oí una vez a Maruja Torres, de vez en cuando hay que dejar de leer a Kant.

Me voy a despedir con otra cita, de Clive Barker, que es también la que cierra el libro: No hay placer como el terror. Soy demasiado cobardica como para adherirme del todo a esa frase, pero me sirve para hablar de los placeres y para decir que el disfrute estético no viene sólo de lo dulce y lo plácido, que el conocimiento también es placer y que, antes que la rosa, prefiero la belleza de las tormentas.


David G. Panadero
Terror en píldoras
Prótesis Editorial
http://www.protesis.pasadizo.com/
terrorenpildoras.blogspot.com

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jueves, 25 de febrero de 2010

Párrafos selectos de "H de Homicidio"

Sue Grafton: H de homicidio (H is for Homicide)
Tusquets
Andanzas, 1993
Fábula, 2010

Empezamos con un consejo de Kinsey Millhone, muy útil para la vida:
Es absurdo discutir con los pobres de espíritu.
Jo, Kinsey, hija mía, qué razón tienes, qué guapa está una callada y ahorrando palabras para quien de verdad las merece.

Los diferentes efectos del alcohol en hombres y mujeres.
El bar era célebre por servir un combinado que llamaban "coscorrón" (...) Cuando las mujeres tomaban dos, casi siempre había que llevarlas al coche a rastras. Cuando los hombres tomaban tres, sentían la necesidad de romper sillas y de atravesar ventanas con los puños.

De cómo la narratividad televisiva se infiltra en la "tradicional".
Los dos cambiaron una de esas miradas que suelen sustituir en las teleseries a los diálogos de seis líneas.

Otra cita más sobre televisión.
En el rincón había una tele (...) Pasaban uno de esos documentales sobre la naturaleza en que la mitad de una especie devora a la otra mitad.

Dejo para el final mi cita favorita, difícilmente superable.
Nadie está tan lejos del delito como piensa. En realidad, la gente que más me preocupa es la que más ruido arma con su puritanismo y sus buenas costumbres.
¡Toma! ¡Esa es mi Kingsey!


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martes, 23 de febrero de 2010

H de Homicidio

Ya os he contado que voy releyendo  las letras de El Alfabeto del Crimen de Sue Grafton a medida que se van publicando en edición de bolsillo y la última en salir, el mes pasado exactamente, ha sido la "H de Homicidio".

Recordaba esta entrega como una de las más flojas de la serie, seguramente por lo peculiar de la peripecia: la detective protagonista, Kinsey Millhone, se ve retenida por una banda de criminales organizados y la escasa acción transcurre en gran parte dentro de un apartamento cutre de un barrio chungo de Los Ángeles.

Con tales coordenadas sociogeográficas, os podréis imaginar que los delincuentes son hispanos; pues sí, lo son: se apellidan Díaz y Maldonado y se llaman Luis o Chago (de Santiago, supongo). Grafton no se molesta en luchar contra el estereotipo de la minoría hispana de California y nos presenta a señores chulescos, semianalfabetos y poco aseados y a señoras  aficionadas a los tacones altos, a enseñar carne y pintarse las uñas de colores chillones. Pero, bueno, no olvidemos que se refiere a delincuentes y no a toda la comunidad hispana de California.

Así y todo, en esta relectura ha salido mejor parada esta "H de Homicidio". Grafton y Millhone me han hecho disfrutar con su desparpajo de siempre, dedicado esta vez a diseccionar universos pequeños pero jugosos.

Os cuento que ya ha salido en inglés "U is for Undertow", así que no tardaremos mucho (eso espero, al menos) en disfrutarla en español. "Undertow" significa 'resaca'; la de las olas, no la de los domingos por la mañana. Como en español "U de Resaca" no puede ser, admito propuestas para el título. La mía: "U de Unicornio".

Y próximamente en sus pantallas, los populares párrafos selectos. ¡Bieeeen!

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viernes, 19 de febrero de 2010

Monumenta

El Ministerio de Cultura y Comunicación de Francia invitó en 2007 a Anselm Kiefer y en 2008 a Richard Serra a llenar los trece mil quinientos metros cuadrados del Gran Palais de París, uno de los edificios históricos que se construyeron para la Exposición Universal de 1900. A estas exposiciones monumentales las llaman, cómo no, Monumenta. Ahora el invitado es Christian Boltansky, que muestra Personnes.

Boltansky ha puesto a su obra un título que puede siginificar a la vez "gente" y "nadie". Mientras paseamos entre montones de ropas, a temperaturas gélidas, y oímos latidos de corazones, una grúa atrapa y eleva los trapos y luego los suelta y los deja caer. Es imposible no pensar, como quiere Boltansky que pensemos, en la muerte, en cuerpos deshumanizados, en la suerte, en el destino.

Esto dice de su obra y sus intenciones:
El arte consiste en plantear preguntas, despertar las emociones y no dar respuesta alguna.
No quiero que el espectador se sitúe ante la obra, sino que la atraviese. En vez de que la tomen como un objeto de contemplación, quiero que se introduzcan en ella, que se vean inmersos, como si fueran adentrándose en los círculos del infierno de Dante
Todo el espacio forma parte de la obra de arte: el sonido, el ambiente, la forma de andar de la gente que nos visita, la inquietud que causan ciertos lugares por los que hay que circular. Las reacciones de la gente (miedo o rabia) son parte imprescindible de la obra.

Boltansky es un parisino de familia judía marcada por el recuerdo del holocausto. Los elementos de sus obras salen directamente de su universo personal, de su propia biografía, real o imaginaria. O sea, que, si escribiera novelas, diríamos que hace autoficción. Y no anda muy lejos, pues pertenece al movimiento Narrative Arte, que reivindica el uso de la fotografía y el texto. Boltansky representará a Francia en la Bienal de Venecia del año que viene.

Cuando acabe la muestra, por voluntad del autor, sus componentes serán reciclados.

Tenéis más información aquí: http://es.parisinfo.com/sorties-es/1165918/christian-boltanski-monumenta-2010-personas

Un vídeo aquí: http://vernissage.tv/blog/2010/01/14/christian-boltanski-personnes-monumenta-2010-at-grand-palais-paris-interview-part-1/

Y buenas fotos aquí: http://www.designboom.com/weblog/cat/10/view/8804/christian-boltanski-personnes-monumenta-2010.html

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martes, 16 de febrero de 2010

La cinta blanca

Haneke me pone nerviosa, me asalta, me desestabiliza, me asusta (estos niños rubios nórdicos dan más miedo que Chucky), me inquieta. Me encanta. Conociéndolo como lo conozco, me pasé la proyección de La cinta blanca (casi dos horitas) esperando noqueos emocionales, en guardia a ver de dónde me venía la leña, pero, en vez de un porrazo, recibí golpecitos insinuados, verbalizados, velados, que no hieren tanto, pero dejan también poso.

Me gusta de Haneke su peculiar forma de narrar, su modo nada convencional de tratar los tiempos ("ahora alargo esta escena porque me da la gana"), su renuncia a la elipsis (¿elipsis de elipsis?, ¡menudo hallazgo!). Me gusta que desarme el guión para encajar la fábula, lo irracional, lo inexplicable [1], lo que no pretende ser ni siquiera simbólico.

Quiero decir que, aunque al comienzo de la película, la voz en off avejentada del maestro nos presenta el relato como el caldo de cultivo del nazismo, a pesar de la brillante reconstrucción visual, a pesar del exquisito blanco y negro documental y vérité, la historia vale para cualquier pueblo y casi cualquier época, es más literaria que testimonial, más fantástica y de mentirijillas que real. Haneke en realidad no quiere explicarnos los orígenes del fascismo, que ya sabemos que no necesita plantación ni semillas, porque nace, crece y se reproduce él solito en cualquier época y lugar.

Para terminar, me alegro infinito de encontrar entre los productores al valiosísimo Andrea Occhipinti, que me acompañó en mi infancia en las series de televisión y ahora me produce cine europeo que merece la pena. Grazie mille, bello.

Título original: Das weisse Band. Dirección y guión: Michael Haneke. Países: Alemania, Austria, Francia e Italia. Año: 2009.  Interpretación: Leonie Benesch (Eva), Josef Bierbichler (encargado), Rainer Bock (doctor), Christian Friedel (maestro), Burghart Klaussner (pastor), Steffi Kühnert (Anna), Ursina Lardi (Marie Louise), Susanne Lothar (comadrona), Gabriela-Maria Schmeide (Emma), Ulrich Tukur (el barón). Producción: Stefan Arndt, Veit Heiduschka, Margaret Menegoz y Andrea Occhipinti. Fotografía: Christian Berger. Vestuario: Moidele Bickel.




[1] Y cuando escribo "inexplicable" lo escribo en sentido literal, así que, por favor, señoras y señores asistentes a las salas, se lo ruego, por caridad, NO me expliquen la película cuando acaba. Y mucho menos durante. Ya sé que tienen ustedes una interpretación genial y deben compartirla con el mundo, pero a mí NO me interesa. Yo no les obligo a leer estas tontadas que escribo, ¿verdad? Pues vamos a respetarnos.

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domingo, 14 de febrero de 2010

Cosas que me traje de Barcelona

  • Una faringitis aguda. Eso ha escrito la doctora en el parte de baja.
  • Un par de zapatos menos. Eran de ante bueno. No se podían mojar. Los atrapó una lluvia inesperada y ¡adiós!, se me doblaron como cartulina. Bueno, estaban viejitos ya. Se quedaron en la papelera del hotel. Un día escribiré sobre el calzado que he ido dejando en contenedores all around the world.
  • Larguísimos paseos por la Barceloneta, la playa, la Gran Vía, las Ramblas, la Diagonal, el Raval... Cómo me gusta callejear. También en Bilbao lo hago.
  • Una visita al Caixa Forum (me niego a escribirlo todo junto) de Barcelona, que no conocía. Una pena que desde dentro no se adivine el edificio.
  • Deliciosas charlas con el ya citado señor Bertini, Odilas, Julen y monsieur Chapuis.

Hasta pronto, fins a la pròxima, Barcelona.

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jueves, 11 de febrero de 2010

Más BCNegra: Terenci Moix policial

Antes de la aparición estelar de Ian Rankin que os extracté, se celebró una mesa redonda sobre dos novelitas policiales que publicó Terenci Moix en 1963, con el seudónimo de Ray Sorel: Ray porque Terenci en realidad se llamaba Ramón y Sorel por el de Rojo y negro. Estas dos novelitas, Han matado a una rubia y Besaré tu cadáver, las acaba de reeditar Planeta en un solo volumen y, para celebrarlo, se juntaron (de izquierda a derecha en la foto chunga, sorry) Rosa Mora como moderadora, Boris Izaguirre, Ana María Moix y Francisco González Ledesma, quienes acabaron oficiando un delicado homenaje a la literatura de quiosco. Os extracto lo que dijeron.

Ana María Moix (¡Qué buena su novela Vals negro!). En esta dos novelas está ya el Terenci novelista de después, ya se adivina su personalidad, su estilo, con personajes muy transgresores para la época.
(...) Terenci también escribió novelas rosas, de amor, para la editorial Bruguera, pero, al parecer, se las rechazaron.
(...) Terenci detestaba a Bogart: decía que olía a tabaco y a sudor.

Boris Izaguirre. Estas novelas ahora están relativamente valoradas, pero en la época era la única manera de publicar. Recuerdo que también Gore Vidal escribió novela negra (Muerte de una bailarina) con seudónimo.
(...) Lo cierto es que escribir "género" es una gran escuela: te disciplina, te enseña a narrar.
(...) Terenci decía que el glamur es democrático, porque no viene de nacimiento, sino que se puede adquirir.
(...) Para Terenci nada era ajeno a la cultura. Estaba enganchado a las telenovelas. Le gustaba mucho "Betty la fea". "Siempre hay tiempo para Wagner", decía.

Francisco González Ledesma, que tiene publicadas más de trescientas novelas de quiosco con el seudónimo de Silver Kane.
La gente que escribía novelas de aventuras o románticas no eran muertos de hambre, sino personas verdaderamente brillantes, depuradas por el franquismo muchas, que no podían ejercer su profesión y se dedicaban a escribir novelitas (así se las llamaba, novelitas) con gran dedicación y sacrificio.
(...) Eran aquellas épocas especialmente duras y amargas; el cine y las novelitas justificaban la vida de la gente de barrio, de la gente que no tenía sueños.
(...) ¿Por qué gusta tanto la novela negra? Porque tiene todos los ingredientes de las demás novelas, pero además, intriga, un muerto.
(...) La novela romántica es un mundo en el que las mujeres se sienten bien porque en él reina el respeto y la admiración, y eso es algo que no ofende a nadie. Las mujeres leían que el mundo podía ser diferente.

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martes, 9 de febrero de 2010

Lo que contó Ian Rankin en BCNegra

La foto no es muy allá, así que os digo que esos son, de izquierda a derecha, Jordi Cervera, Ian Rankin, Fermín Goñi y Jokin Ibáñez.

Os extracto, más o menos, lo que contó el señor Rankin, hábilmente interrogado por sus compañeros de foto.

Cuando comencé a escibir mi primera novela con John Rebus, no sabía nada de novela negra, pues sólo leía a los clásicos escoceses, y tampoco sabía nada de la policía. Con todo, envié una carta al jefe de la policía de Edimburgo, para que me ayudara a escribir mi libro y se ofreció a ayudarme muy amablemente. Resulta que en ese momento estaban investigando un caso muy parecido al que yo había ideado para Rebus, de manera que me convertí automáticamente en el sospechoso número uno en un asunto muy desagradable, con niños secuestrados y siete asesinatos.
(...)
Yo creía que el apellido Rebus lo había inventado yo, pero diez años después de publicar esa primera novela, conocí en un pub a un hombre llamado Jules Rebus, que me dijo que era un apellido polaco. Miré en el listín de teléfonos de Edimburgo y encontré un J. Rebus ¡que vivía en la calle Rankin! La vida está llena de estas casualidades que en una novela no funcionarían nunca, pero la realidad no tiene por qué ser verosímil.
(...)
Uno cree que escribiendo puede hacer algo para mejorar el mundo, pero no es así. En Callejón Fleshmarket, por ejemplo, critiqué muy duramente la política de inmigración en el Reino Unido. Me consta que el primer ministro Gordon Brown lee mis novelas. ¿Cambió por eso un ápice su forma de tratar a los inmigrantes? No. En absoluto.
(...)
No soy el primer escocés que ha jubilado a su personaje. Conan Doyle incluso mató a Holmes y J.K. Rowling ha "jubilado" a Harry Potter. Como yo no sabía nada de novela negra, tampoco sabía que los protagonistas eran como Peter Pan y que no envejecían al ritmo del resto de los mortales. Por eso para Rebus ha pasado el tiempo como para mí. Otra cosa que no sabía era que los policías de Edimburgo se jubilan a los 60 años, y no a los 65 como los demás escoceses. Cuando era inminente la jubilación de Rebus, un parlamentario pidió al Ministro de Justicia  que retrasara la edad de retiro de los detectives para que Rebus pudiera seguir en activo, por lo cual recibí mensajes de odio de gente que quería ya dejar de trabajar.
(...)
La jubilación de Rebus me ha dado libertad y, desde entonces, he escrito una ópera, una novela breve para alfabetización de adultos, una novela gráfica, letras para música, un guión y una serie para el New York Times, que se ha publicado en español con el título de Puertas abiertas. Pero llegó el momento de tener que escribir una novela "de verdad" y mi mujer me dijo: "¡Qué suerte! Ahora puedes escribir lo que quieras. ¿Qué vas a hacer? ¿Ciencia-ficción, novela sentimental, psicológica...?" Y yo le contesté: "Voy a escribir una novela negra que se desarrolle en Edimburgo".
(...)
Y así he publicado The complaints, protagonizada por el inspector Malcolm Fox, que es una especie de anti Rebus. Pero resulta que Rebus no se ha jubilado del todo, sino que trabaja, con un grupito de policías retirados, revisando casos antiguos, en el mismo edificio de Fox, de manera que a veces se cruzan por los pasillos, se saludan e incluso comen juntos.
(...)
Cuando era joven vivía en el barrio en el que vive Rebus. Ahora vivo en el que vive Cafferty, su amigo-enemigo y capo de la mafia. Un día se me acercó una señora en el supermercado y me dijo que no le gustaba que Cafferty viviera en su barrio, porque eso hacía bajar los precios de las propiedades inmobiliarias.
(...)
Edimburgo no es una ciudad tan grande como para tener un gran capo mafioso. Hay pequeños jefecillos y todos creen que Cafferty está basado en ellos. Hay incluso uno que está empeñado en que escriba una novela sobre él, intenta ponerse en contacto conmigo y yo procuro viajar todo lo que puedo al extranjero, porque ¿cómo se le dice que no a un tipo que lleva en el coche varios kalashnikoff?

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jueves, 4 de febrero de 2010

A Santa Juana me encomiendo, cumplo años y me voy pa Barcelona

Hoy jueves 4 de febrero cumple tres años este humilde blogsito. De entre todas las santas y santos que la Santopedia me ofrece para este día, elijo para encomendarme a Santa Juana de Valois porque me ha caído simpática: fue reina de Francia, fundadora y gobernanta, o sea, manducona; su padre el rey la despreció por mujer, coja y fea; estuvo casada, pero se anuló su matrimonio; y se retiró a vivir a Bourges, una ciudad con un catedralón y estupendas creperías; me consta.

En fin, que, como digo en el título, a Santa Juana encomiendo este blog, doy las gracias a todas las amiguitas y amiguetes que me han ayudado a mantenerlo vivo, sano y guapetón, y aviso que me voy pa Barcelona, con la excusa de la BCNegra, que estaré muy ocupada comiendo bien y callejeando mucho y que igual no tengo tiempo de pasarme por aquí ni para saludar. Así que hasta pronto; os quiero, besos.

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lunes, 1 de febrero de 2010

BCNegra

Para animarnos el mes de febrero creó dios la "trobada" (en la página oficial sólo viene en catalán y yo el catalán sólo lo traduzco en la intimidad) de novela negra de Barcelona.

Aquí tenéis el programa: http://www.bcn.cat/cultura/bcnegra/2010/es/programa2010.pdf

Ya veis que os invita a seguir una Black Serial Chicken, la primera novela que servidora ha conocido en Twitter.

Intentaré llegar el viernes y echarle un ojo y una oreja a Ian Rankin.

¿Alguien más andará por allí? Nos vemos. Si os apetece.


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