viernes, 15 de junio de 2007

Se te va a pasar el arroz

Veo en uno de esos periódicos gratuitos que reparten en el metro una acertadísima campaña de Amnistía Internacional. El lema principal es "La discriminación genera violencia" y se refiere a la violencia contra las mujeres. Pone el dedo en la llaga porque da con la causa fundamental de este tipo de violencia, que no es otra que la desigualdad. Ni el alcohol, ni otras drogas, ni la pobreza, ni la falta de formación, ni los celos, ni la marginación, ni la frustración. La violencia se da en todas las clases sociales, entre gentes con estudios y sin estudios; y las mujeres también estamos marginadas y frustradas, también somos celosas y también consumimos alcohol y otras drogas, pero no matamos. Así que dejémonos de bobadas.

La campaña ofrece un repertorio de esas bonitas frases que forman casi parte del folclore y que mucha gente dice "sin maldad": "Calla, que tú de esto no entiendes", "Mujer tenía que ser", "Una hija no es lo mismo que un hijo", "Se viste así para que la miren"...

De todas mi favorita es "Se te va a pasar el arroz". ¿Por qué? Porque he discutido millones de veces con gentes que piensan que esa frase no es ofensiva ni humillante, qué va a ser, si sólo es constatar un hecho objetivo e irrefutable, que te haces mayor y que ya, si no resultas deseable a los ojos masculinos y no puedes traer sus hijos al mundo, ¿para qué vales?

En fin, que me he llevado una pequeña alegría al ver que AI está de mi lado en mi personal cruzada contra esa especie de "violencia lingüística de baja intensidad", contra esas perlitas de que se te pasó el arroz o "se te secó el arbolillo" (bonita, elegante y fina, ¿eh?), que jamás de los jamases se dicen a un hombre.

PS. Los cuencos de arroz de la foto son una instalación de Wolfgang Leib. Podéis verlos, junto con otras cosas sencillas y deliciosas, en el Reina Sofía de Madrid. El arroz no tiene culpa de nada.

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16 comentarios:

Lucía dijo...

Al próximo que me diga algo le voy a soltar lo de "se te está secando el arbolillo" y qué a gusto me voy a quedar. Es que hay mucho energúmeno por el mundo.
Un abrazo.

Noemí Pastor dijo...

Muchos tienen seco el arbolillo cerebral.

Noemí Pastor dijo...

En fin, Lucía, ¡ejem! Acabo de saber que hoy es tu cumpleaños. Te juro que es casualidad. Lo del arroz pasado no iba por ti. ;-)

Lucía dijo...

¡Pues sí que ha sido casualidad! Pero no hay problema, yo renazco todos los días a las 6 de la mañana pletórica de facultades.
Un abrazo.

Antonio dijo...

Felicidades¡
Estoy igual que tu y com sabes, con mucha presion ambiental. Este post me ha hecho acordarme de Rebecuqui.
EL Vaticano ha condeando a AI, por promover el aborto "voluntario".

En fin, seguro que estamos muchos "jovenes" asi. No esta sola. Los tiempos han cambiado, indudablemente..

Que cumplas muchos Mas
Felicidades¡

Noemí Pastor dijo...

Otra casualidad. Ayer mismo oí en la radio que no sé qué cardenal o alto cargo de la iglesia católica ha pedido a los fieles que no hagan donaciones a AI, porque defiende el derecho a abortar de las mujeres violadas en zonas en conflicto.
Y otra casualidad. Yo también me levanto a las seis de la mañana, pero como un maldito zombi.

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Delicados asuntos los que están detrás de muchas de esas frasecillas hechas. No por lo que dicen, sino por lo que pueden querer decir sin que nuestra consciencia se entere.

Anónimo dijo...

A mí me sorprendió oír a un hombre decir que se le estaba pasando el arroz, pero lo entendí. Es un caso raro en el sentido de que tiene unas anisas enormes de tener pareja estable, pero ahora que lo voy conociendo un poco mejor, me doy cuenta de que no hace demasiado por mantener a la pareja cuando la tiene.
Frase horrible la del arroz, pero la del arbolillo es la pera; no la conocía.

Anónimo dijo...

Quedarse para vestir santos o la tremenda expresión en euskera (por lo menos en Bizkaia) "Birrotxa" son otras muestras de ese machirulismo que pasa casi desapercibido.
No me deja de sorprender que muchas veces sea una mujer la que diga a otra o de otra lo del arroz pasado.
Por lo demás, creo que está científicamente demostrado que el arroz masculino se pasa mucho antes y tiene peor arreglo. Y de arbolillos o bonsais secos en los hombres, ni hablamos...

Noemí Pastor dijo...

Lo tremebundo de estas frasecitas, Julen, mi amol, es eso: que las repetimos sin darnos cuenta de que decimos barbaridades.
La del arbolillo, por ejemplo, Peke, cielo, se la oí yo decir a una señora ¡de sí misma! Y no tuvo ni pizca de gracia.
En fin, Javi V (ongi etorri izan zaitez), ¡cuántas veces habré oído eso de "ésa es una birrocha" o "birrochona"! La de los santos tiene una bonita réplica: más vale vestir santos que desnudar borrachos.

Anónimo dijo...

Una campaña a todas luces necesaria, al igual que es imprescindible un modelo de educación que tienda a eliminar clichés machistas y frases hechas. El peligro es que las tenemos tan interiorizadas que a veces su expresión o su asunción es automática.
Pero por otro lado, un pequeño palo. La violencia es algo general, en todos los estratos sociales y con muchísimas víctimas de muchas índoles. No digo que el fenómeno de la violencia contra las mujeres no sea un problema grave, que exige todos los medios para erradicarlo, un auténtico cáncer social. Pero ojo, no puede reducirse solamente a una cuestión, porque las razones son múltiples y variadas, y aunque una mayoría de casos responde a un perfil determinado, todos los casos no son así ni tienen que ver necesariamente con la inferioridad.
Por otro lado, os recuerdo que la proporción de la violencia doméstica en España, trágica y rechazable, es que muere una mujer a manos de su pareja 7 veces por cada hombre que muere a manos de su pareja. Es decir, que en una proporción muchísimo más inferior, pero las mujeres también matan, y no caigamos en el tópico de decir que cuando la mujer mata es porque se defiende, porque es evidente que el hombre lleva un agresor dentro. No siempre es así.
Y por último, dar la alarma ante el hecho de que la atención, eso sí, totalmente adecuada, a la violencia doméstica contra la mujer, hace que pasen más desapercibidos otros fenómenos violentos dentro de la familia como la agresión a los mayores o a los niños, y si nos fijamos en las estadísticas, la proporción entre hombres y mujeres agresores en estos dos casos es casi idéntica.
Entiéndeme, estoy de acuerdo totalmente con el post y con los comentarios anteriores, pero creo que se trata de un fenómeno más amplio y más global, y que si no hay que señalar a las víctimas por su sexo, tampoco a los agresores, puesto que la diferencia, según de qué víctimas hablemos, no es tanta.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Perdón, he cometido una pifia. No me refería a que la violencia tuviera que ver siempre necesariamente con la inferioridad; quería decir con la desigualdad. Es evidente que cuando la que mata es la mujer esta razón no se aplica.

Alorza dijo...

Intuyo que una parte de esa obsesión masculina con la menopausia tiene que ver con su opuesto: la mayoría de los hombres, a partir de la jubilación, sólo servimos como carnada para pesca. En cambio, las chicas duran y duran y duran...

Dicho esto, también hay que reconocer la dificultad de desimplantar esos automatismos del lenguaje: estudios transculturales confirman que en todo el mundo el atractivo femenino consiste en síntomas de estar en edad fértil y, preferiblemente, ser virgen. Existen presiones evolutivas obvias hacia este comportamiento. Por suerte, pertenecemos a una especie que es capaz de escapar, hasta cierto punto, del determinismo biológico.

Noemí Pastor dijo...

Tranqui, 39escalones, que se te entiende perfecto. No estoy de acuerdo contigo, pero me encanta que me lleves la contraria y te agradezco la interesante reflexión.
Ya me gustaría, porque soy peleona, pero no puedo hacer todas las guerras, hay que elegir trinchera y a mi la que me ha tocado es ésta del feminismo. Antes de seguir con el vocabulario bélico, te diré que me horroriza toda violencia. No soporto un puntapié a un perro, y eso que les tengo terror.
Alorza, el lenguaje no es inocente, dice lo que confirman esos estudios transculturales. Por eso, si queremos manifestar que pensamos de otra forma, debemos ser conscientes de lo que decimos, para no decir lo que no pensamos. Y tengo una pregunta inocente: ¿hay estudios transculturales sobre el atractivo masculino, que no sean del Cosmopolitan?, ¿qué dicen?
Os beso a todos.

Fernando García Pañeda dijo...

Lo mejor será armarse de paciencia, porque en esta lucha hay para rato. Me temo.
¿Tendrá que ver algo la sequía con la enormidad de arbolillos cerebrales y bonsáis resecos que se ven por todas partes.

Noemí Pastor dijo...

Yo de momento me conformo con que nos demos cuenta de las barbaridades que decimos sin querer.